La deuda mundial se disparó hasta alcanzar la cifra récord de 315 billones de dólares a principios de este año. Esto supone más del triple del PIB mundial, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que realiza un seguimiento del endeudamiento en las economías avanzadas y en desarrollo.
Sorprendentemente, la última vez que la deuda mundial fue tan grave fue durante las Guerras Napoleónicas, hace más de 200 años. La actual oleada de deuda es la cuarta desde la Segunda Guerra Mundial y la mayor hasta la fecha, pues comenzó en 2010 y alcanzó cotas insondables durante la pandemia mundial.
Dado que cada oleada anterior ha acabado en miseria, una crisis de deuda mundial sin precedentes podría estar a la vuelta de la esquina.
Desde hace algún tiempo se viene vaticinando una crisis económica que no se ha presentado. Sin embargo, el pasado viernes 2 de agosto se presentaron los resultados del mercado laboral del mes de Julio en Estados Unidos y es el tercer mes consecutivo a la baja en la creación de empleos, sólo se crearon 114 mil puestos de trabajo, lo cual quedó por debajo de lo estimado y el desempleo aumentó a 4.3 por ciento.
Esto provocó una pérdida de confianza en la dinámica económica de Estados Unidos y el lunes 5 de agosto se desplomaron las bolsas de valores. La caída más fuerte fue la que experimento la bolsa de Tokio en Japón en donde el Índice Nikkei 225 perdió 12.4 por ciento por los temores de la economía estadounidense y la apreciación del yen. El Índice FTSE 100 de Europa perdió 2 por ciento y el Índice S&P 500 de Estados Unidos perdió 3 por ciento en una sola jornada.
En México la caída no fue tan pronunciada, el índice principal de la Bolsa Mexicana de Valores bajó 0.89 por ciento y esto ocasionó que el peso continue perdiendo valor con respecto al dólar. El precio del dólar se ubicó en un máximo de 20.24 pesos, el mayor nivel en más de dos años. Sólo en las últimas tres jornadas el peso acumula una pérdida de 5.5 por ciento, tras conocerse el jueves que la actividad manufacturera de Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en ocho meses.