Camargo. – 25 de junio del 2024. Desde el año 1963, Camargo ha sido un ejemplo de negocio familiar exitoso y socialmente responsable. Fundado primeramente por los padres de, ahora, por Normando Sáenz, este negocio de venta de miscelánea y papelería ha mantenido su compromiso con la comunidad y sus clientes a lo largo de las décadas. Amigos y clientes describen a Normando como un comerciante ejemplar, siempre dispuesto a atender con cordialidad y profesionalismo.
Normando Sáenz no solo ha sido un pilar en su negocio, sino también un observador crítico del desarrollo administrativo en los distintos niveles de gobierno. Ha expresado su preocupación por la falta de progreso en la administración estatal, federal y municipal. Según Normando, muchos políticos llevan más de 30 años en el sistema sin haber hecho otra cosa que vivir del erario público. Esto se traduce en una acumulación de terrenos, propiedades, y otros beneficios que resultan de prácticas cuestionables como los ‘moches’ y las compañías facturadoras.
Para Normando Sáenz, la situación actual es desalentadora. Considera que se está dejando una cultura muy pobre y triste para las futuras generaciones. A pesar de ello, reconoce que hay mucha gente honesta que trabaja arduamente, aunque lamentablemente no siempre reciben el reconocimiento que merecen. La honestidad y el esfuerzo parecen estar en segundo plano en un sistema donde la corrupción y el aprovechamiento de recursos públicos son frecuentes.
La historia de Camargo y de Normando Sáenz es un testimonio de perseverancia, integridad y responsabilidad social. A pesar de los desafíos y las críticas al sistema político, Normando continúa siendo un referente de honestidad y buen servicio en su comunidad. Su negocio no solo es un ejemplo de éxito comercial, sino también de cómo la ética y los valores pueden prevalecer en un entorno muchas veces adverso.